Existe hoy en día un movimiento que inútilmente intenta conciliar la Ciencia con la Religión, ignorando que estos dos ámbitos de la vida humana se separaron hace casi 400 años con el juicio a Galileo Galilei. Pero en determinadas condiciones y con mucha imaginación aún sería posible unir el relato bíblico a los conocimientos científicos.
Sobre el origen del mundo, la Religión
judeocristiana occidental tradicionalmente se ha remitido al relato
del Génesis, escrito por muchas manos pero adjudicado al Moisés del Egipto de allá por el año de 1350 B.C.E.
En
1701, un académico irlandés llamado James
Ussher fijó la cronología expuesta en el Génesis tomando las fechas de diferentes partes de la Biblia y
comparando estas fechas con varios documentos antiguos y fuentes
arqueológicas. Si el Génesis es literal y verdadero entonces, de acuerdo a aquél, la
luz, los cielos y la Tierra fueron creados el domingo 23 de octubre
del año 4004 B.C.E., los mares fueron creados el lunes 24 de octubre
del 4004 B.C.E., los continentes y las plantas el martes 25 de octubre,
el Sol, la Luna, los otros planetas y otras estrellas el miércoles
26, los seres acuáticos y las aves el jueves 27 y los animales
terrestres y el ser humano el 28 de octubre del 4004 B.C.E. Para el 29
de octubre del 4004 B.C.E. el Universo estaba listo y no había nada
más que retocar.
Sin embargo, observando y probando
durante los últimos tres siglos desde la cronología de Ussher hemos
visto que las cosas son un poco diferentes. Las evidencias empíricas
nos muestran a todos, creyentes y no creyentes, que la creación del
mundo (si la hubo) está en un tiempo no observado, antes de que el
Universo comenzara una gran expansión conocida como Big Bang y del
cual surgieron los cielos y la luz hace 13 700 millones de años. Las
primeras estrellas surgieron hace 13 mil millones de años, el Sol
hace 4900 millones de años, la Tierra, la Luna y otros planetas hace
4600 millones de años, los primeros seres acuáticos hace 3600
millones de años, los primeros animales terrestres hace 520 millones
de años, las primeras plantas hace 480 millones de años, los
primeros seres humanos hace por lo menos 3,18 millones de años, los seres humanos
actuales hace 100 mil años o poco más, y aún hoy el Universo sigue cambiando y
evolucionando constantemente sin que veamos bien hacia dónde se
dirige.
Antes de acusar a uno u otro bando de
mentiroso, tal vez podamos hacer un ejercicio mental e intentar ver
bajo qué condiciones estas discrepancias se podrían explicar.
SI LA BIBLIA ES LITERAL
Una opción es que el Génesis es
verdadero y el Universo realmente fue creado en la semana del 23 al
29 de octubre del año 4004 B.C.E., pero Dios lo creó de tal manera
que nada más aparenta tener miles de millones de años, simplemente
para probar nuestra Fe. Esto parte de la suposición de que Dios es
todopoderoso y por tanto podría crear pistas falsas que nos hagan
creer que el Universo es muy viejo cuando en realidad sólo tiene
unos 6000 años. Es una línea de pensamiento similar a la que decía
que los fósiles de dinosaurios en realidad eran obras del Diablo
para despistar a los seres humanos, o el caso del sacerdote que se
negó a observar por el telescopio de Galileo porque decía que era
un instrumento satánico y no conocería la verdad acerca del
Universo a través de él.
Pero hablando más en serio, nadie
estuvo en las primeras épocas del Universo para saber cómo realmente era, ni
cómo fue evolucionando. Lo único que podemos hacer es suponer que
el Universo fue de determinada forma entendiendo como funciona actualmente y
suponiendo que ha estado funcionando de la misma manera desde que
surgió. Pero si las "leyes" de la naturaleza son arbitrarias y
caprichosas y cambian constantemente, según diga Dios, entonces no
tendremos manera de saber cómo era el Universo en el pasado, cuándo
fue este pasado, ni qué cambios hubo. Sin embargo, no hay ninguna
evidencia fuera de los relatos religiosos que apoye esta suposición.
Lo más simple es pensar que las pruebas físicas que tenemos a mano
son reales y no frutos de un engaño o espejismo.
SI LA BIBLIA ES UNA METÁFORA
La otra posibilidad es que el Génesis
es simplemente una metáfora y el Universo en realidad fue creado por
Dios en el Big Bang hace 13 700 millones de años, de modo que
Ciencia y Religión están de acuerdo. Esto es lo que probablemente
piensa la mayoría de la población, y es una buena tentativa de
conciliar la necesidad de vivir en un mundo moderno rodeado y
dependiendo de la Ciencia y la Tecnología, y la cultura religiosa
heredada o adquirida según las necesidades emocionales o
espirituales de cada uno. Pero aún así, hay dos problemas: uno es
que si la Biblia ahora no es literal sino que está sujeta a la
interpretación de cada uno según los tiempos cambien y los
conocimientos científicos avancen, va a resultar difícil decidir
qué parte de la Biblia es literal y qué parte es inventada o
exagerada. Debemos recordar que muchos todavía dicen que Jesús de
Nazareth sí podía realizar milagros "sobrenaturales" verdaderos y no simples trucos
de ilusionista, y que sí resucitó de entre los muertos y no que su
cuerpo fue robado o escondido por sus seguidores o tirado a la Gehena. Ver la Biblia según
la conveniencia del momento le quita credibilidad.
Comúnmente esta hipótesis todavía
implica que Dios jugó algún papel en el destino del Universo, ya
sea creando las "leyes" iniciales de la naturaleza o guiando la
evolución por tal o cual camino. Inclusive se dice que Dios influye
en el día a día de las personas hasta hoy. Pero ahora el problema
es que Dios no consigue ser tan caprichoso o todopoderoso como en la
hipótesis anterior: tiene que respetar ciertas normas, ciertas "leyes"
de la naturaleza para que el Universo tenga consistencia y no sea
algo caótico, imposible de predecir. En esta hipótesis la voluntad
de Dios tiene límites. ¿Cuáles son esos límites, y por qué son
esos y no otros? ¿Por qué las "leyes" de la naturaleza son las que
son, y no son otras? Hasta ahora, no vemos una explicación para
esto. Es más, el propio Darwin descubrió que la evolución en
realidad es aleatoria y no dictada por alguien para conseguir un fin.
De las innumerables mutaciones que existen en el mundo natural,
algunas sobreviven y otras no. El drama de la Vida es impredecible y
no existe un guión dictado por alguien que se sigue al pie de la
letra. Es lo que observamos, y fuera de los ámbitos religiosos, no
existe nada que nos indique que estemos equivocados.
Si ambas de estas especulaciones, la literal y la metafórica, son falsas,
entonces o la Religión es falsa o la Ciencia es falsa.
CIENCIA Y
RELIGIÓN: FILOSOFÍAS OPUESTAS
Al hablar de Ciencia y Religión, nunca
hay que olvidar que, si bien ambas buscan la verdad, usan sistemas de
pensamiento totalmente diferentes. La religión admite que la verdad
viene de “arriba”, a través de una revelación divina que
ciertos intérpretes (las autoridades religiosas) se encargan de
hacer llegar y explicar al público.
La Ciencia es muy diferente porque no
admite la existencia de ninguna autoridad a la que se le debe hacer
caso, ni ningún conocimiento sobre el mundo exterior que pueda
llegarnos a través de una reflexión interior. Parte de la base de
que el mundo es como es y no como nos gustaría que sea, o sea que
para conocerlo no tenemos que escuchar a grandes eruditos ni hacerle
caso a tradiciones milenarias, sino que tenemos que mirar lo que hay
a nuestro alrededor. Hay que observar, tocar, probar por uno mismo.
Es el experimento y no la teoría el que nos dice la verdad acerca
del mundo que nos rodea.
Es natural pues que la Ciencia exija que todo relato sobre el origen del mundo, independientemente de la fama, respeto o nivel jerárquico que tenga la persona que proponga la explicación, se base ante todo en cosas que todas las otras personas puedan ver y tocar por sí mismas, sin recurrir a la necesidad de tener que confiar o no en el relato o relator. La Ciencia es intrínsecamente escéptica. De hecho el escepticismo, que en ámbitos religiosos es mal visto, es una cualidad esencial del buen científico. “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré.” (Juan 20:25, Reina-Valera 1995) es una de las frases que mejor ejemplifica los diferentes puntos de vista entre la Ciencia y la Religión: para la Ciencia esa es una actitud correcta y deseable, para la Religión es una actitud errada y condenable.
A. L.
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Basado en una charla dada en la USP, el 12 de octubre de 2002. Publicado originalmente en ABC Color, el 16 de setiembre de 2007. Fotografía: El telescopio espacial Hubble es uno de los modernos instrumentos que nos está proveyendo información acerca de las regiones más antiguas del Universo, al permitirnos ver a través de miles de millones de años-luz de distancia. Crédito: Misión de mantenimiento STS-82 (transbordador "Discovery") de la NASA.
