* Tras la pista de la serpiente más feroz

GRANDES CONSTRICTORAS DEL MUNDO: TRAS LA PISTA DE LA SERPIENTE MÁS FEROZ

* Following the trail of the most ferocious serpent

* Na trilha da serpente mais feroz

Ciencia no es lo que los científicos dicen, sino lo que cada uno puede ver y tocar por uno mismo. La verdad que podemos conocer es sacada de la observación y de la experimentación; esto es cierto cuando escuchamos que una serpiente actualmente conocida podría tragarse a un hombre adulto.

El Libro Guinness de Records Mundiales lista como la serpiente más larga del mundo a una pitón reticulada (“Python reticulatus”) de 10 m de largo, cazada en Celebes (hoy Sulawesi), Indonesia, en 1912. El record de serpiente viva más pesada era hasta octubre de 2006 de una pitón de Burma (“Python molurus bivittatus”) de 183 kg, que vivía en un parque temático de Gurnee, Illinois, Estados Unidos.

Dicho sea de paso, muchas personas, especialmente en países ricos, consideran una moda aceptable tener a aquellos gigantes como “mascotas”, sin entender que los animales salvajes son justamente eso: salvajes. Es así como suelen ocurrir casos en que el dueño o sus allegados, en un descuido, acaban siendo estrujados por esos animales.

Charles R. Smith reporta los siguientes casos fatales ocurridos en Norteamérica en las últimas tres décadas: uno causado por una pitón de 2,4 m en Dallas, Texas en noviembre de 1980; otro por una pitón reticulada en Reno, Nevada en 1982 (este caso fue detallado por el forense V. McCarty, el patólogo R. Cox y el investigador B. Haglund, en el “The Journal of Forensic Science” de enero de 1989); otro caso fatal por una pitón en Brampton, Ontario en 1992; otro por una pitón de Burma de 3,4 m y 24 kg en Commerce City, Colorado en 1993; otro por una pitón reticulada de 4,9 m en Jefferson Parish, Louisiana en 1993; otro por una pitón de Burma de 4 m y 20 kg en Bronx, New York en 1996; uno por una pitón roca africana de 2,3 m en Centralia, Illinois en 1999; y otro más por una pitón de Burma de 3 m en Irwin, Pennsylvania en agosto de 2001. Pero en ninguno de estos casos la serpiente intentó tragar a la víctima.

Informes de ataques fatales en su ambiente natural son más raros todavía. En 1931 el explorador Arthur Loveridge reportó un caso ocurrido en la isla de Ukerewe, en el lago Victoria, con una pitón de 4,5 m contra una mujer de débil salud. Los científicos W. R. Branch y W. D. Hacke, en el “Journal of Herpetology”, volumen 14, número 3 (31 de julio de 1980), páginas 305 a 307, reportan el ataque fatal de una pitón roca africana (nombre científico “Python sebae”), ocurrido el 22 de noviembre de 1979, en la granja Grootfontein, en Transvaal del Norte, Sudáfrica, contra un menor de 13 años, 1,3 m de altura y 45 kg, de buen estado general de salud. La historia apareció primero en periódicos sudafricanos, y luego fue confirmada por el informe oficial del forense y mediante entrevistas con los testigos, entre ellos el director de la escuela local y un sargento de policía, que siguiendo rastros en el suelo encontraron a la serpiente a 500 m de distancia de la víctima.

QUÉ ES LO QUE COMEN

Gabriella Fredriksson publicó en el 2005 un incidente que sucedió cuando estudiaba a un oso enano de Malasia, de 23 kg de peso, al que le había colocado un collar radiotransmisor. Al percibir que no se movió por varias horas, fue a investigar y en su lugar encontró a una pitón reticulada de 6,95 m, con el estómago hinchado. La serpiente fue capturada para estudio, y después de tres meses se le practicó una cirugía para extraer el radiotransmisor.

R. Shine y colaboradores, en su informe “La influencia del sexo y tamaño del cuerpo en los hábitos alimenticios de una serpiente tropical gigante, Python reticulatus”, describen que examinaron 1070 ejemplares del sur de Sumatra, que medían entre 1,5 m y más de 6 m de largo, y de 1 kg a 75 kg de masa. Los ejemplares menores se alimentaban principalmente de ratas, pero al alcanzar un tamaño de 3 a 4 m cambiaban su dieta a puerco espines, monos, cerdos salvajes, pangolines, pequeños venados y otros mamíferos. Las mayores presas eran cerdos salvajes de cerca de 50 kg.

El primer informe confiable sobre una serpiente que consiguió tragarse a un ser humano parece ser el presentado en 1927 por el biólogo austriaco Felix Kopstein, en el periódico científico “Tropische Natuur”, volumen 16, páginas 65 a 67. En él habla de una serpiente pitón reticulada de 5,2 m de largo que se tragó a un menor de 14 años, en la isla de Salebabu, en Indonesia.

SERPIENTES ACUÁTICAS

La mayor serpiente de Sudamérica es la anaconda verde (nombre científico “Eunectes murinus”), también conocida como anaconda del norte o sucuri. Vive en los pantanos de Venezuela, Colombia, Ecuador, norte de Perú, norte de Bolivia, Brasil y en Trinidad.

Probablemente el mayor especialista en esta especie es el venezolano Jesús Rivas, que en 11 años atrapó más de 900 ejemplares (170 de ellos más de una vez), rastreó con radiotransmisores a más de 38 individuos, recogió más de 100 muestras de su dieta, observó sus hábitos reproductivos en 51 ocasiones y estudió el embarazo y parto de 47 hembras. En la base de datos de su disertación de doctorado ante la Universidad de Tennessee figura una anaconda verde de 97,5 kg.

En 1999 describió en el periódico científico “Herpetological Natural History” un ataque de una anaconda verde, en su medio natural, a una mujer adulta de 1,56 m de altura y 55 kg, afortunadamente sin éxito.

EL PRIMER CASO DOCUMENTADO DE INGESTION DE UN HOMBRE ADULTO

El domingo 26 de marzo de 2017, un hombre de 25 años llamado Akbar fue a recoger aceite de palma de una zona deforestada en la aldea de Salubiro, en el distrito de Korossa, Sulawesi Occidental, Indonesia. No regresó. Al día siguiente un grupo de personas fue a buscarlo y en su lugar encontró a una "Python reticulatus" de 7 m de largo con el vientre hinchado. Horrorosamente, pudieron percibir el contorno de un par de botas a travez de la piel. Mataron a la enorme serpiente, y con los espectadores grabando en video con cámaras de teléfonos celulares, los rescatistas procedieron a cortar el vientre. Y ahi estaba Akbar, intacto, con sus ropas puestas, muerto. Una autoridad local confirmó la veracidad de la ocurrencia. Este es el primer caso documentado innegable de un adulto capaz, tragado por una serpiente.

Para que una serpiente pueda tragar a un hombre adulto la dificultad principal parece ser los hombros, pues son muy anchos incluso para la boca expansible del animal salvaje. Pero en el caso de Akbar, sucedió. Así que los monstruos existen, después de todo.

A. L.

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Publicado originalmente en ABC Color, el 5 de marzo de 2007. Fotografía: La pitón reticulada (“Python reticulatus”), cuyo nombre proviene del complejo entrecruzamiento de sus manchas. Crédito de la fotografía: Maria Lunkova, 9 de setiembre de 2004 (licencia original, de la fotografía únicamente, obtenida en: http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es). Con permiso de Maria Lunkova.